La Habana, 16 de enero de 2012
En una sorprendente nota del periódico Granma del 14 de enero, las autoridades cubanas informaron que concluyeron la publicación digital del Anuario Estadístico de Cuba 2010, con los capítulos sobre Cuentas Nacionales y el Sector Externo, así como datos faltantes de Finanzas Internas. No se aclaró si también los cubanos tendremos derecho a conocer los montos de las zafras azucareras de 2009-2010 y 2010-2011, entre otros datos de suma importancia todavía omitidos en las estadísticas oficiales.
Se señala que en el capítulo Sector Externo se publicarán datos sobre la Balanza de Pagos y la Deuda Externa solamente hasta 2008, por tanto los cubanos seguiremos ignorando el estado de las relaciones económicas y comerciales con el exterior; un factor importante para saber que nos depara el futuro. Por tanto, habrá que continuar procurando información mediante publicaciones extranjeras sobre lo acontecido en nuestro país. Una situación que está en franca contradicción con las reiteradas condenas de las autoridades a las prácticas de ocultamiento de la información, el llamado “secretismo”. Un tema hasta incluido para discutir en el Proyecto de Documento Base para la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, Punto 66, donde se plantea suprimir “ …las nocivas manifestaciones del secretismo”.
Además del ocultamiento sistemático, las estadísticas cubanas adolecen de distorsiones y contradicciones que le restan credibilidad. En ese sentido, el gobierno incluso ha adoptado métodos de cálculo del Producto Interno Bruto (PIB) alejados de los internacionalmente utilizados, o sea el Sistema de Cuentas Nacionales de la ONU. Así se dan cifras de crecimiento económico carentes de sustentación, una sobrevaloración de los sectores de servicios en particular en lo referente a educación y salud pública, y son manipulados regularmente algunos indicadores, como los relativos a la inflación y el desempleo para tratar de mostrar equilibrios inexistentes.
Después de sostener durante años la existencia de increíbles tasas de desempleo inferiores a 2,0%, el gobierno se ha visto forzado a reconocer que sobran más de 1,3 millón de trabajadores en el sector estatal, y que de 358 000 cuentapropistas existentes hoy, el 66,0% no tenía vínculos laborales anteriores. En Cuba se da la paradoja de que en el período 1996-2010 la economía ha crecido con una tasa promedio anual del 4,60%, mientras el consumo de energía eléctrica total lo ha hecho al 2,0%. Si es tomada para el cálculo solo la energía eléctrica consumida en los sectores productivos y de servicios, la tasa de crecimiento promedio anual resulta de 0,6%, o sea 7,7 veces inferior al citado aumento promedio del PIB. En el colmo del absurdo, en algunos años como 2005 se publicó un crecimiento del PIB nada menos que de 11,2%, “a nivel chino”, y la disminución del consumo de energía eléctrica en 1,9%, algo insostenible. Como se conoce existe una correlación entre el crecimiento de la economía y el consumo de electricidad, que se modifica en función de una mayor o menor eficiencia, pero nunca a los absurdos niveles de disparidad que muestran las estadísticas oficiales cubanas.
El gobierno en ocasiones ha señalado que el ocultamiento de los datos económicos responde al interés de no brindar elementos al enemigo externo. En realidad daña al país y resta credibilidad, el ocultamiento de la información u ofrecer datos no fiables. Difícilmente alguien se arriesga a otorgar créditos, si no conoce la situación financiera real del posible prestatario. Mucho menos un país podrá atraer inversiones en esas condiciones. Una nación con poca credibilidad si logra financiamiento es en condiciones duras, con tasas de interés elevadas y condiciones de pago sumamente estrictas; y cuando recibe inversiones, debe conceder enormes garantías.
Asimismo, el ocultamiento y la falsificación de la información no tiene sentido en un mundo tan interconectado, pues todo o casi todo se conoce más tarde o más temprano. Cuba ha ocultado durante años el monto de su Deuda Externa y sus Reservas Internacionales de Divisas, pero sólo se requiriere consultar algunas publicaciones serias, como The Economist Inteligence Unit (EIU), para conocer estimados bastantes cercanos a la realidad, realizados con datos no obtenidos mediante espionaje, sino captados de las estadísticas u otras informaciones de los socios comerciales de Cuba. El EIU ha situado la Deuda Externa de Cuba en 2011 -sin incluir la contraída con la URSS y otros países del este de Europa- en 21,0 miles de millones de USD, y ha señalado los intereses que deberían haberse pagado, con una proyección para esos datos hasta 2013.
En conclusión puede decirse que continuar el ocultamiento es inútil. Sólo conduce al descrédito. En el actual mundo interconectado, la transparencia es mucho más ventajosa, a la par que resulta contraproducente mantener el afán de engañar al pueblo, ya escéptico ante tantas promesas incumplidas.
no sabia espinosa chepe desde sus tiempos de burocrata intermedio como transcurria el proceso de recoleccion del dato primario y su agregacion territorial y sectorial? no ha sido el “ahora” secretismo estadistico la principal fuente primaria de la obra “analitica” de espinosa chepe? dicho sea de paso, nuestro ekonomista vuelve a cometer un error conceptual al afirmar que cuba sigue empleando la metodologia derivabada del pib, en vez del sistema nacional de cuentas de las naciones unidas. cuba emplea un sistema mixto donde se emplean elementos de ambos sistemas junto a otros “autoctonos” gracias al magisterio kubishe de jose luis [rodriquez] y osvaldo [martinez] y colaboradores.
by the way mi estimado profesor, el verdadero nombre de ArturoLopez-Levi, es Arturo Lopez-Callejas, el mismisimo primo del yerno y gerente general de la castro brother corp.
regards