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CARMELO MESA-LAGO. UNA APOSTILLA SOBRE SALARIOS, PENSIONES Y ASISTENCIA SOCIAL EN CUBA

Original Article:  SALARIOS, PENSIONES Y ASISTENCIA SOCIAL EN CUBA.

ELESTADOCOMOTALMARCH 10, 2018

He leído con interés y provecho el artículo de Lázaro González y Yisel R. Pérez: “El sol no se puede tapar con un dedo,” y concuerdo con la mayoría de sus puntos y recomendaciones. El motivo de este artículo es aportar evidencia estadística que refuerza sus argumentos demostrando el declive en el salario y la pensión reales (ajustadas a la inflación), así como el recorte en la asistencia social en términos de beneficiarios y gastos.

Salario medio real en el sector estatal

 Las estadísticas y la mayoría de los artículos que se publican en Cuba se refieren al salario medio nominal en el sector estatal, no ajustado a la inflación (índice de precios al consumidor: IPC), muy diferente al salario real, ajustado de esa forma. Esto da la ilusión que los salarios han crecido consistentemente desde su punto más bajo en 1993, en el peor año de la crisis económica de los años 90. Si comparamos el salario nominal ese año (182 CUP) con el de 2016 (740 CUP), habría aumentado cuatro veces. A más del problema de la falta de ajuste, este cálculo toma el punto más bajo de la curva y, por supuesto, siempre aumenta. Aunque no exactamente igual, la CEPAL en su último informe regional, comienza la serie del salario medio real en 2010 y Cuba salta 54,8% entre ese año y 2016, con creces el mayor aumento en América Latina. (1). Pero otro resultado se obtendría si se hiciese una comparación mucho más larga, por ejemplo, entre 1989—el año anterior al comienzo de la crisis—y 2016. Esto es lo que justamente hacemos abajo.

 

Aquí mostramos la serie completa del salario real entre 1989 y 2016, el último año en que tenemos el salario nominal medio estatal y el IPC. Puede observarse que en 1993 el salario era un décimo del nivel de 1989; después con la recuperación aumenta consistentemente, pero todavía en 2016 era 39,3% del nivel de 1989, o sea, un 60,7% menor, esto quiere decir que el poder adquisitivo se contrajo en ese porcentaje. Si se observa el año 2010, usado como base por la CEPAL, el salario aumenta de 27,1% a 39,3% pero esta es una visión a corto plazo que no se conforma con una mirada a largo plazo (2). Cuba es el único país en América Latina donde el salario en el sector estatal (la enorme mayoría en el país) se fija centralmente; la ley no estipula su ajuste al IPC y concede gran discrecionalidad al gobierno para hacerlo.

El salario medio estatal mensual de 687 CUP en 2015, equivalía a 27 dólares, insuficiente para cubrir las necesidades básicas (excluyendo educación y salud), mientras que el salario mínimo de 225 CUP era una cuarta parte del ingreso necesario para cubrir necesidades básicas. (3)

Pensión media real

Las mismas observaciones hechas al salario valen para las pensiones. El gráfico abajo presenta la evolución de las pensiones reales.

 

La ley no determina el ajuste de la pensión al IPC (uno de sólo cuatro países en América Latina) y, como en el caso del salario, el gobierno tiene amplia discreción para hacerlo. En 1993, la pensión real era 16% del monto de 1989; 22 años después se estabilizó en la mitad del nivel pre-crisis. La pensión media nominal en 2016 era de 277 CUP mensuales, (4) equivalente a 11 dólares, insuficiente para cubrir las necesidades básicas alimenticias. Los jubilados y pensionados se encuentran entre los grupos más pobres en la población; (5) para subsistir deben recibir remesas, ayuda de familiares o trabajar como cuentapropistas.

Prestaciones de asistencia social

 Aunque ONEI no publica estadísticas de pobreza (el único país latinoamericano que no lo hace), esta ha crecido en el último decenio por varias razones: el salario medio estatal real cayó 61% y es insuficiente para cubrir las necesidades básicas; la pensión media menguó a la mitad y no satisface las necesidades alimenticias básicas; el racionamiento se ha reducido por la extracción de la libreta de bienes a precios subsidiados que se venden en el mercado a un precio dos o tres veces superior; el aumento de precio en las TRD que tienen una ganancia en torno al 200%; el incremento del precio de los servicios públicos (electricidad, agua, gas, transporte), así como de los alimentos en los mercados libres; la eliminación de comidas subsidiadas en cafeterías para trabajadores (los cuales reciben una suma insuficiente para comprar un almuerzo); y el deterioro en el acceso y la calidad de los servicios de salud. (6). Por tanto, la asistencia social debió de expandirse a fin de proteger a la población vulnerable contra esos problemas. Sin embargo, ocurrió lo opuesto como se muestra abajo.

 

Entre 2006 y 2016, el gasto de asistencia social como porcentaje del presupuesto se contrajo a menos de un cuarto, de 2,2% a 0,5%, mientras que el número de beneficiarios como proporción de la población decreció a menos de un tercio, de 5,3% a 1,6%. Esto, en parte, se explica por un “Lineamiento” aprobado en el VI Congreso del PCC en 2011 que terminó la asistencia social a los beneficiarios con una familia capaz de ayudarles. Detectar y eliminar la asistencia a los que no la necesitan es una política universal pero, en el contexto cubano de expansión de la pobreza y un nivel generalizado de necesidad, dicha política no parece razonable. El Cuadro 1 muestra otros recortes en la asistencia social. La asistencia a adultos mayores y discapacitados disminuyó en 62%, a las madres con hijos discapacitados en 51%, y a los que necesitan atención a domicilio en 65%.

¿Por qué estos recortes que provocan efectos tan adversos?

Las autoridades cubanas repetidamente han reconocido que los salarios actuales en el sector estatal, que comprende 75% del empleo, son insuficientes para satisfacer las necesidades de la población. En un intento de paliar este problema en 2010-2011 se estimó el empleo innecesario en el sector estatal (“nóminas infladas”) y se anunció que dicho excedente sería despedido: 500,000 en 2010, 1 millón en 2011 y un total de 1,8 millones en 2015. Los afectados encontrarían empleo en el sector no estatal (cuenta propia, usufructo de la tierra y cooperativas urbanas-CNA) que se extendería. En total se despidieron alrededor de 500.000 empleados estatales superfluos, y en 2016 se anunció oficialmente la terminación de los despidos.  Ocurrió una expansión del sector no-estatal, pero no suficiente para dar empleo a los  desocupados: el cuentapropismo creció de 147.000 a 567,000 entre 2010 y 2017, mientras que los usufructuarios llegaron a 174.000 y los miembros de las CNA a unos 11.000 (no se conoce el número de empleados de los últimos dos grupos, pero no es sustancial), en total no agregaron mucho más de 800.000 nuevos puestos. Por ello queda alrededor de un millón de excedentes. (7). En vez de acelerar el tamaño del sector no estatal, en 2017 se hizo lo opuesto, imponiendo restricciones a su crecimiento. En vista a ello los salarios en el sector estatal siguen a la zaga.

La reducción de las pensiones y la asistencia social es en gran medida el resultado del recorte substancial del gasto social  (pensiones, salud, educación, vivienda y asistencia social). Este alcanzó su cénit en 2007-2008 cuando equivalió a 55,4% del presupuesto estatal y 36,6% del PIB. En 2016 había menguado a 47,1% y 28,1% respectivamente, o sea, un declive de 8,3 puntos porcentuales menos del presupuesto estatal y 8,5 puntos del PIB. El gasto de pensiones también menguó con la reforma de 2008 que aumentó las edades de retiro para ambos sexos en cinco años (de 60 a 65 años para los hombres y de 55 a 60 años a las mujeres), con lo cual atrasó el retiro y mermó el número de nuevos pensionados (el total se ha reducido porque las muertes superan a los nuevos jubilados). Invirtiendo el aumento progresivo de jubilados por decenios y a pesar del agudo proceso de envejecimiento, en 2015 bajó el número de jubilados en 8.358. (8). La disminución del gasto social también afectó a las prestaciones de asistencia social. En este caso ayudadas por la medida explicada de los Lineamientos.

En conclusión, no es posible reducir más los salarios, las pensiones y las prestaciones de asistencia social, por lo que es imprescindible aumentar la producción y la productividad. El único camino es acelerar y profundizar las reformas estructurales (cambiando las restricciones impuestas en 2017),  a fin de obtener los recursos necesarios para implementar políticas salariales y sociales que alivien la situación actual. Este es el reto más serio que enfrentará la nueva dirigencia del país cuando ocurra el cambio generacional el próximo abril.

Carmelo Mesa-Lago, Catedrático Distinguido Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos Universidad de Pittsburg, profesor/investigador visitante en 8 países y conferencista en 39. Autor de 96 libros/monografías y 318 artículos/capítulos de libros publicados en 7 idiomas en 34 países; fundador y editor de Cuban Studies por 18 años. Libros más recientes: Buscando un Modelo Económico en América Latina ¿Mercado, Socialista o Mixto? Chile, Cuba y Costa Rica (Caracas: Nueva Sociedad, 2002); Cuba en la era de Raúl Castro: Reformas económico-sociales y sus efectos (Madrid: Colibrí, 2012); Sistemas de Protección Social en América Latina: Cuba (Santiago: CEPAL, 2012); coautor de Voces del Cambio en el Emergente Sector No Estatal en Cuba, La Habana, Cuba Posible, 2016).

NOTAS

1 CEPAL, Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, 2017, Santiago (cuadro A-21).

2 El salario estatal se basa sólo en el peso nacional (CUP) y excluye desembolsos en pesos convertibles (CUC) y otros pagos extra, por lo que subestima el monto. Pero la inflación está también subestimada pues se basa sólo en los bienes y servicios en CUP y excluye el CUC.

3 P. Monreal, “El salario en Cuba: los falsos paradigmas y la terca realidad”, Cuba Posible, enero 2016, p.1-16.

4 ONEI, Anuario Estadístico de Cuba 2016, Edición de 2017, La Habana cuadro 7.14.

5 M. Espina Prieto, Políticas de Atención a la Pobreza y la Desigualdad. Examinando el Rol del Estado en la Experiencia Cubana, Buenos Aires, CLACSO-CROP, 2008.

6 C. Mesa-Lago, “El estado actual del bienestar social en Cuba”, Cuba Posible, La Habana, 2017.

7 C. Mesa-Lago, R. Veiga, L. González, S. Vera y A. Pérez-Liñán, Voces del Cambio en el Emergente Sector No Estatal en Cuba, La Habana, Cuba Posible, 2016, 2 Vols.

8 ONEI, Anuario Estadístico, 2016, cuadro 7.14.

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Carmelo Mesa-Lago, “Sistemas de protección social en América Latina y el Caribe: Cuba”

Carmelo Mesa-Lago, Documento de Proyecto,  CEPAL, Santiago Chile, 2012

Ensayo original:  Mesa-Lago, Cuba Proteccion Social CEPAL-13

Carmelo Mesa-Lago

Desde el inicio de la República en 1902 hasta 1958 el Estado introdujo sistemas públicos de educación y de salud gratuitos; el primero complementado por escuelas privadas y el segundo por una red de cooperativas, mutuales y clínicas privadas, esquemas de mejor calidad que los sistemas públicos, mientras que el acceso y la calidad de los últimos era muy inferior en el campo que en la capital y otras ciudades. La Constitución de 1940 y la legislación laboral y de seguridad social estaban entre las más avanzadas de América Latina pero, a diferencia del resto de la región (salvo Uruguay), no se creó un seguro nacional de salud, si bien el inusual desarrollo de cooperativas, mutuales y clínicas urbanas en parte  alivió ese vacío. En 1957 el desempleo abierto promediaba el 16% más el 14% de subempleo  (30% en total), bajaba durante la cosecha azucarera que proveía el 25% del empleo y se  duplicaba en el resto del año. Tampoco se creó un seguro de desempleo que era lo usual en la región. Se estableció gradualmente un sistema de pensiones de seguro social que cubría alrededor del 62% de la PEA pero segmentado en 54 esquemas separados, con amplias e injustificadas diferencias entre ellos. No existían programas integrados a nivel nacional de asistencia social ni de viviendas estatales o subsidiadas. Tal como ocurría en el resto de la región, no había estadísticas de incidencia de pobreza y de desigualdad del ingreso, pero la escasa información disponible indicaba que ambas eran substanciales. No obstante, en 1958 Cuba se ordenaba entre el primero y el quinto puesto de la región en sus indicadores sociales nacionales, pero con considerable desigualdad especialmente entre las zonas urbanas y rurales. Por ejemplo, la tasa de analfabetismo nacional era del 23%, pero en las ciudades   41,7% en el campo del 41,7%.
En el período de 1959-1989, la revolución logró avances muy notables en la protección social. El Estado dio prioridad y asignó cuantiosos recursos fiscales para: 1) promover el pleno empleo; 2) reducir la desigualdad en el ingreso mediante la expropiación de la riqueza y la disminución de las diferencias salariales en el empleo que era básicamente público; 3) universalizar los servicios gratuitos de educación y de salud que redujeron de forma substancial las disparidades en el acceso y calidad de los servicios sociales entre la ciudad y el campo; 4) lanzar una campaña de alfabetización, graduar masivamente maestros y médicos, y construir escuelas y establecimientos de salud; 5) acelerar la incorporación de la mujer a la fuerza laboral con políticas de educación y guarderías infantiles;  6) expandir la cobertura y monto de las pensiones de seguro social, financiadas por las empresas estatales y el fisco, sin cotización de los trabajadores; 7) crear un programa de asistencia social nacional y municipal; y 8) convertir a la gran mayoría de la población en propietaria de las viviendas que tenían arrendadas. El gobierno expropió todas las instalaciones de educación y salud privadas y cooperativas, además absorbió, unificó y homologó los 54 esquemas de pensiones. La construcción y mantenimiento de las viviendas, fundamentalmente a cargo del Estado, fue insuficiente y aumentó el déficit habitacional. Coadyuvó al desarrollo social la ayuda de 65.000 millones de dólares por la Unión Soviética en 1960-1990 (sin contar otros países socialistas), 60,5% en donaciones y subsidios de precios más 39,5% en préstamos que virtualmente no fueron pagados. Aunque dicha ayuda no se dio al sector social, liberó recursos internos para financiar la política del gobierno en este campo. En 1989 Cuba se colocaba a la cabeza de América Latina en la gran mayoría de los indicadores sociales.
El colapso de la Unión Soviética provocó en 1990-1994 una crisis económica muy severa: la caída 35% del PIB, la virtual paralización de la industria y de la agricultura por falta de combustible, insumos y piezas de repuesto, y una mengua drástica en las exportaciones e importaciones (incluyendo insumos para servicios sociales). A la crisis contribuyó el “Proceso de Rectificación de Errores”2, y la incapacidad del modelo de desarrollo para resolver los problemas estructurales, generar un crecimiento económico sostenible, expandir las exportaciones y substituir importaciones. Además, la política social adolecía de fallas: el pleno empleo se logró en parte creando empleo estatal innecesario lo que afectó a la productividad; el excesivo igualitarismo y énfasis cíclico en incentivos “morales” (no económicos) indujo una caída en el esfuerzo laboral y alto ausentismo; y el alto costo de los programas sociales se agravó por el envejecimiento demográfico. A pesar del esfuerzo del gobierno para proteger los programas sociales, casi todos sus indicadores se deterioraron y en 1993 Cuba había descendido en su ordenamiento social en la región.
Las modestas reformas orientadas al mercado en 1993-1996 lograron a partir de 1995 una recuperación económica parcial, pero ocurrió una desaceleración en 2001-2003 en gran  medida por la virtual paralización de las reformas y la “Batalla de Ideas”. Este programa, facilitado por la ayuda económica venezolana y centrado en la lucha ideológica incluyó varias políticas: revirtió las reformas de los años noventa, re-acentuó el centralismo, creó una cuenta única de divisas y CUC en el Banco Central de Cuba (BCC), puso énfasis de nuevo en el igualitarismo y la movilización laboral, redujo el trabajo por cuenta propia, intentó universalizar la educación superior, continuó expandiendo el empleo estatal innecesario, y acrecentó el gasto social haciéndolo insostenible. A partir de 2004, el PIB  creció con rapidez y alcanzó una cima en 2006, debido a la ayuda económica de la República Bolivariana de Venezuela, la expansión de los servicios sociales y un cambio en la  metodología internacional para calcular el PIB3. La crisis global de 2007-2009 y los problemas que arrastraba el modelo de desarrollo cubano indujeron otra desaceleración en la tasa del PIB. Aún con oscilaciones, la recuperación en 1995-2006 ayudó a mejorar los indicadores sociales y la mayoría sobrepasó los niveles pre-crisis de 1989, aunque la pobreza y la desigualdad aumentaron. Desde 2007 ocurrió otra regresión en dichos indicadores por la crisis global y las necesarias “reformas estructurales” del Presidente Raúl Castro para corregir los problemas económico-sociales del país, aprobadas por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) en 2011 y extendidas en 2012. Este capítulo se concentra en el período comprendido entre 2007 y2012, describe las reformas por sector social y evalúa sus efectos.

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New Publication: Oscar Chepe, Cambios en Cuba: Pocos, Limitados y Tardíos

Oscar Chepe’s recent  work on Cuba’s economic situation and the reform process has just been published and is available on the web site: Reconciliación Cubana, or here: Oscar Chepe, Cambios Cuba: Pocos, Limitados y Tardíos

Oscar continues to be a courageous and  outspoken analyst of Cuba’s economic policies. In this past, this earned for him a period of forced labor in the 1960s and incarceration in March 2003 along with 75 others. Despite this, he continues to express his views openly and honestly. Although his voice is heard easily outside his own country, within Cuba, his views unfortunately are blocked rather effectively by state control of the publications media, the electronic media and by the continuous violation of the right to freedom of assembly.

Below is a Table of Contents followed by an Executive Summary by Rolando Castaneda.

Table of Contents:

Prologo por Carmelo Mesa Lago 1
Resume Ejecutivo por Rolando Castañeda 6
I. Introducción 11
II. Pequeñas y medianas empresas 14
III. Actualización del modelo económico cubano 16
IV. Problemas de orden externo e interno 19
V. La empresa estatal socialista 22
VI. Mercados mayoristas, precios 24
VII. Cooperativas 27
VIII. Política fiscal 29
IX. Políticas macroeconómicas 31
X. Política monetaria 34
XI. Política económica externa 37
XII. Inversión extranjera 40
XIII. Política inversionista 43
XIV. Ciencia, tecnología e innovación 45
XV. Política social 47
XVI. Salud 51
XVII. Deporte 54
XVIII. Cultura 56
XIX. Seguridad social 59
XX. Empleo y salarios 61
XXI. Política agroindustrial 64
XXII. Política industrial y energética 68
XXIII. Política energética 71
XXIV. Turismo 74
XXV. Política de transporte 77
XXVI. Construcciones, las viviendas y los recursos hidráulicos 79
XXVII. Comercio 82
XXVIII. Conclusiones 84
A 20 años de Primer Informe de Desarrollo Humano de ONU 87
Cuba Bordeando el Precipicio 90
La Economía Cubana en 2010 93
Cuba: Un Principio Espeluznante 100

Oscar Chepe and Miriam Leiva, February 2010. Photo by Arch Ritter

Resumen Ejecutivo, por Rolando Castañeda

Planteamiento general
Los instrumentos aprobados por el gobierno para la implementación del trabajo por cuenta propia, el proceso de la reducción de las plantillas infladas, el recorte de los gastos sociales y el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, revelan pocos, parciales e insuficientes cambios, que no solucionarán la crisis socioeconómica existente.
El gobierno sólo actualiza (“le pone parches”) a las fuentes principales de los problemas actuales: el sistema socioeconómico, que no ha funcionado, es irreparable y está mal gestionado, así como el régimen político totalitario carente de libertades civiles fundamentales. Ellos han llevado al desastre, la dependencia externa e impiden la sustentabilidad económica.
La baja eficiencia, la descapitalización de la base productiva y de la infraestructura, el envejecimiento y estancamiento en el crecimiento poblacional, entre otros muchos males, son consecuencias de ese modelo.
El gobierno elude medidas indispensables mientras propone unas pocas medidas insuficientes, llenas de limitaciones y prohibiciones. También reitera sin corregir apropiadamente medidas anteriores que han sido implementadas con muchas limitaciones y sin tener una concepción integral de la economía, tales como: la entrega de tierras en usufructo, el pago por resultado a los trabajadores y los recortes fiscales.
Los Lineamientos definen que primará la planificación y no el mercado, o sea continuará la burocratización de la sociedad, bajo rígidas normas centralizadoras, que imposibilitan la flexibilidad requerida por la actividad económica y la vida en general de la nación. No se reconoce la propiedad privada y se subraya la política de no permitir el crecimiento de la actividad individual.
La seria contradicción de una política con ribetes neoliberales de drásticos recortes, sin que se brinde a los ciudadanos posibilidades reales de ganarse el sustento decentemente, e incluso aportar de forma racional a los gastos del Estado, podría determinar convulsiones sociales, en un ambiente ya permeado por la desilusión y la falta de esperanza.

El despido de trabajadores y el trabajo por cuenta propia
El vital proceso de racionalización laboral, con el despido hasta abril de 2011 de 500.000 trabajadores considerados innecesarios, el 10% de la fuerza de trabajo ocupada, para continuar haciéndolo posteriormente con otros 800.000, que fue postergado por tantos años, ahora se pretende realizar de forma muy rápida. No se ha contado con la preparación apropiada ni la organización para que tenga éxito en un plazo tan breve y se pueda reubicar una cantidad tan grande de despedidos. Ni siquiera se han modificado los artículos de la Constitución Política (i.e. el 21 y el 45) que se contraponen a lo propuesto.
Al desestimulo por los bajos salarios, la carencia de información técnica, el vacío de reconocimiento social y las generalizadas malas condiciones laborables, a las nuevas generaciones de estudiantes se une ahora la incertidumbre de hallar empleo futuro por el despido masivo de trabajadores.
El trabajo por cuenta propia en sólo 178 actividades permitidas que deberá absorber el despedido masivo de trabajadores, enfrenta graves limitaciones, más severas que las existentes para las empresas estatales y las mixtas con capital extranjero. Incluyen los impuestos por seguridad social del 25% que el trabajador por cuenta propia deberá contribuir, así como los trabajadores que se contraten con base en un salario fijado por el gobierno, a un nivel 50% mayor que el salario medio prevaleciente. También están los elevados impuestos sobre los ingresos personales que pueden llegar hasta el 50% cuando excedan de $50,000 anuales, y las restricciones a los gastos de operación que se permiten deducir de los ingresos brutos para fines tributarios, en algunos oficios de sólo hasta el 10% de los ingresos anuales.
A ello hay que añadir algunas prohibiciones arbitrarias, tal como las sobre el número de sillas de los restaurantes (20) y las barberías (3), así como la ausencia de un mercado mayorista de abastecimiento de insumos. Hasta tanto ese mercado no aparezca, continuará desarrollándose la ilegalidad y, sobre todo, el robo de los recursos estatales, estimulado por el extendido descontrol existente y el miserable salario de los trabajadores. ‘
De esta forma el Estado reduce la actividad individual a iniciativas arbolitos bonsái e impide el crecimiento del trabajo por cuenta propia y el surgimiento de pequeñas y medianas empresa. Un mecanismo configurado para mantener el estrecho control del Estado-Partido sobre la sociedad, temeroso de que el fortalecimiento y desarrollo de la actividad privada pueda convertirse posteriormente en un peligro.

Aspectos generales y macroeconómicos

La mayoría de los Lineamientos sobre aspectos generales, macroeconómicos y sectoriales son enunciativos, generalidades que soslayan la grave situación con la continuada acumulación de graves problemas y sin proponer soluciones reales para los mismos. Desafortunadamente, los cambios requeridos no se avizoran. Este conjunto de 28 artículos se refiere a estos temas y por qué considera que su tratamiento es insuficiente para una sociedad estatizada, llena de distorsiones y carente de racionalidad económica
El problema de la descapitalización física es sumamente serio. Desde inicios de los años 1990 se mantienen tasas de formación bruta de capital fijo en relación con el PIB usualmente inferiores al 10%, menores a las tasas de amortización de los medios de producción y la infraestructura, aceleradas por la falta de reposición, actualización tecnológica y mantenimiento adecuado.
Desprovisto el país de la “ayuda” a inicios de 1990, empezó el deterioro paulatino de la salud pública, la educación, la seguridad social, el deporte y la cultura, con una incidencia muy negativa en los salarios, que como indicara el presidente Raúl Castro el 26 de julio de 2007 son insuficientes para vivir. La permanencia de los esquemas sociales con oportunidades de acceso para todos está en peligro debido a la falta de sustentación económica.
Resulta indispensable introducir tasas de cambio reales. Las tasas actuales, recargadas por gravámenes absurdos, que pueden conducir a análisis distorsionados y por consecuencia a decisiones equivocadas. En especial respecto a la política de inversiones, el comercio exterior y otros aspectos vitales para el desarrollo nacional. Una moneda sobredimensionada representa un serio obstáculo para el crecimiento de la llegada de turistas, al reducir arbitrariamente la competitividad del mercado cubano.
Cuba paga intereses bancarios muy altos a los prestamistas extranjeros; sin embargo, a los nacionales se les abonan intereses sumamente bajos, incluso por debajo de las tasas de inflación reales. Es necesario motivar a la población a depositar sus ahorros en los bancos, en especial aquellos en moneda convertible, dándosele las debidas garantías y el pago de intereses estimulantes y acordes con la situación financiera del país.
El gobierno no contempla la participación de la comunidad cubana en el exterior en la reconstrucción nacional. Un sector de nuestro pueblo que, con el otorgamiento de las garantías necesarias, podría ser fuente de importantes recursos financieros, tecnologías avanzadas, conocimiento y experiencia en la gestión de negocios y posibles nuevos mercados. Habría que adoptar una política pragmática e inteligente de acercamiento a nuestros hermanos en el extranjero, muy en especial hacia la comunidad afincada en EEUU, que además podría ser un puente para mejorar las relaciones con ese país, con enormes beneficios para nuestra economía.

Aspectos sectoriales
En los aspectos sectoriales de los Lineamientos se habla mucho acerca de ejecutar proyectos e inversiones, de potenciar capacidades de diseño y proyección, y fortalecer determinadas capacidades, pero no se define como hacerlo ni como financiarlo.

La esencia de los problemas nacionales, pueden hallarse en la destrucción de la agricultura que ha provocado una extraordinaria dependencia de alimentos importados, incluido azúcar, café y otros muchos que antes Cuba exportaba, mientras, los Lineamientos, reconocen que “ …las tierras todavía ociosas,.. constituyen el 50%…”. El sector está afectado por los precios fijados por el Estado unilateralmente por debajo del mercado, con frecuentes largas demoras en los pagos y las tradicionales deficiencias en la gestión de las empresas acopiadoras oficiales. Las tiendas abiertas para la venta de herramientas e insumos tampoco constituyen una solución, los precios son demasiado altos.
Las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), donde los productores con muchas dificultades mantienen sus tierras individualmente, con sólo el 18% de la superficie agrícola total (cierre de 2007) han generado tradicionalmente más del 60% de la producción agrícola nacional, así como el más bajo por ciento de tierras ociosas, a pesar de la crónica falta de recursos, el permanente hostigamiento, las prohibiciones y la obligatoriedad de entregar las cosechas total o parcialmente al Estado en las condiciones y a los precios arbitrarios fijados por él.
En este escenario si se continúa con la mentalidad de ejercer estrictos controles sobre los posibles cooperativistas y negando la voluntariedad como concepto básico para la formación de las cooperativas, por muchos “buenos deseos” e indefinidos planteamientos que existan, el movimiento cooperativo no avanzará.
En la industria se refleja con mayor fuerza el proceso de descapitalización generalizado desde principios de la década de 1990. Por ello se requiere con urgencia su modernización y reequipamiento para poder detener la tendencia al actual atraso tecnológico, e incluso la paralización del sector. En 2009 se alcanzó una producción correspondiente al 45% de 1989, incluida la industria azucarera. Si se excluyera esta industria, el indicador sería del 51%. La producción nacional de materiales de construcción es muy baja, con un índice de volumen físico, al cierre de 2009, solo del 27% del nivel de 1989.
El gobierno cubano no publica los ingresos netos por concepto de turismo, por lo cual es difícil evaluar con precisión sus beneficios. Debido al pobre desarrollo de la economía cubana, se importa muchos productos consumidos por los visitantes. Esta actividad podría ser una de las locomotoras que impulse las demás ramas de la economía, pero para ello habría que realizar reformas estructurales, que reduzcan radicalmente la dependencia del exterior.
Conclusión

El aniquilamiento de los sueños de un futuro más justo y próspero para Cuba, podría detenerse si se propiciara un proceso de reconstrucción radical, con el abandono de los dogmas que tanto daño han hecho. Cuba posee significativas reservas productivas inexplotadas y un pueblo que debidamente estimulado, con libertad para crear, podría sacar a la nación de la crisis. Para ello resulta indispensable un nuevo modelo económico, político y social en el cual participarían en paridad de derechos y deberes las iniciativas públicas y privadas, estableciéndose un círculo virtuoso propiciador de desarrollo, que en la medida en que progresen ambas iniciativas se beneficie el país con mayores niveles de eficiencia, así como más y mejores productos, y el incremento del pago de impuestos que haga sostenible la financiación de la educación, salud pública, seguridad y asistencia social, y otros.

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CARMELO MESA-LAGO and PAVEL VIDAL-ALEJANDRO, “The Impact of the Global Crisis on Cuba’s Economy and Social Welfare”

Journal of Latin American Studies. 42, 689–717,  Cambridge University Press, 2010

Carmelo Mesa-Lago and Pavel Vidal have teamed up to produce a fine analysis of the impacts of the world recession of 2009-201o on Cuba,  its macro-economy and its social sectors.  It is certainly encouraging to see such cooperation in the economics discipline! The article can be found here: Pavel Vidal and Carmelo Mesa-Lago, Cuba economic social impact crisis-JLAS-11 (2)

Abstract.The mechanisms by which the world economic crisis has been transmitted from developed to developing economies are conditioned by domestic factors that may attenuate or accentuate external economic shocks and their adverse social effects. Cuba is a special case : it is an open economy and hence vulnerable to trade growth transmission mechanisms, but at the same time, it is a socialist economy with universal social services. This article reviews the literature, summarises Cuba’s domestic socio-economic strengths and weaknesses prior to the crisis, evaluates the effects of the crisis on the macro-economic and social services indicators, assesses the government response and suggests alternative socio-economic policies.

Carmelo Mesa-Lago

 

Pavel Vidal

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Carmelo Mesa-Lago: “Cincuenta años de servicios sociales en Cuba”

Carmelo Mesa-Lago. Professor Emeritus, University of Pittsburgh

Hyperlink: Revista TEMAS, no. 64: 45-56, octubre-diciembre de 2010

Revista Temas has published a valuable work by Carmelo Mesa-Lago analysing Cuba’s major social issues, namely health, education, pensions, and housing, and drawing on the work of various analysts from the Centro de Estudios sobre la Economia Cubana. Inclusion of Mesa-Lago’s work in Revista TEMAS is indeed encouraging in my view and contrasts with the situation some 25 years ago when he and other Cuban-American analysts were villified as “Cubanologos.”

Here is the Table of Contents for  followed by its concluding session. Unfortunately an English translation is not available right now.

Introducción

Evolución de los servicios sociales (1959-2000

Costo actual de los servicios sociales en Cuba

Un caso de estudio: el costo creciente de las pensiones

Capacidad económica para sostener los servicios sociales a largo plazo

Cambios necesarios para mejorar y hacer sustentables los servicios sociales

No es posible resolver los problemas que los costosos servicios sociales enfrentan sin un aumento de la producción, la productividad y las exportaciones que permitan, a su vez, reducir las importaciones. Pero para lograrlo, se necesita implementar las reformas estructurales anunciadas por el presidente Raúl Castro y recomendadas por numerosos economistas cubanos.

El tema de la sostenibilidad de los servicios sociales ha sido planteado por varios economistas cubanos. Viviana Togores y Anicia García consideran que

la crisis económica y el proceso de ajuste han mostrado que la preservación de los beneficios sociales debe transitar hacia una nueva etapa donde su sustentabilidad financiera quede asociada al desarrollo de la economía y los cambios estructurales y organizativos [necesarios] […] las decisiones de política social deben tomarse no solo teniendo en cuenta las funciones sociales, sino que debenrespetar los principios de equilibrio económico.34

Por ejemplo, la seguridad y asistencia socials agravan seriamente el déficit fiscal y su carga, hoy solo asumida por el Estado; debe ser compartida por otros contribuyentes (los trabajadores). Mayra Espina agrega:

El primer reto [de la renovación social] es el de la sustentabilidad económica de la política de desarrollo social […] es necesario encontrar fórmulas de reinserción  de la economía cubana en los mercados internacionales que reactiven la producción interna y doten a los programas sociales de los recursos suficientes, sin los cuales siempre estarán enfrentados al déficit.35

Las decisiones cruciales sobre la economía y los servicios sociales competen a los cubanos. Pero a  diferencia de la crisis de los años 90, en que hubo una estrategia para hacerles frente, en la presente esta no se ha definido. El VI Congreso del PCC, anunciado inicialmente para fines de 2008, debe decidir los lineamientos económicos para el próximo quinquenio y también dictar las directrices en materia de servicios sociales. Habiendo dedicado cincuenta años de mi vida al estudio de este tema en toda América Latina, incluida  Cuba, hago unas sugerencias —parte de estas coinciden con las de economistas y académicos cubanos— como aporte para el debate. A mi juicio, sería posible aumentar el ingreso fiscal y reducir el gasto social, mediante mejoras en la asignación y uso de los recursos, con las medidas siguientes:

Educación: En la enseñanza elemental habría que transferir fondos hacia el pago de mejores sueldos a los maestros (en vista de la caída en la fecundidad y de la población en edad primaria) y, en la secundaria,  riorizar la educación vocacional. Respecto a la superior, Juan  Triana propone invertir más en las carreras técnicas y las que contribuyen al conocimiento, aunque son más costosas que las humanidades, la pedagogía y las ciencias sociales.36 Las carreras científicas son esenciales para el desarrollo, incluyendo la administración de negocios y la economía moderna, por lo que habría que transferor recursos de carreras no tan esenciales, imponiéndoles cuotas y estándares de ingreso más estrictos. Ya en 2008-2009 se estaba reduciendo la matrícula en medicina, humanidades y ciencias sociales, pero también en agronomía y ciencias técnicas.37 Además, habría que continuar y expandir las medidas recién iniciadas que  establecen exámenes de ingreso para la educación superior y requisitos más estrictos de admisión, lo cual ayudaría a aumentar la relación de graduados por matriculados; considerar el establecimiento de pago de matrículas en las universidades a los grupos de altos ingresos, y legalizar el trabajo por cuenta propia de los maestros y profesores.

Salud: Sería aconsejable priorizar la infraestructura de agua potable y alcantarillado,38 reasignar los recursos destinados a la continuada reducción de la mortalidad infantil (un problema resuelto hace años) hacia la reparación de la infraestructura deteriorada, la importación de medicinas, la disminución de la mortalidad materna y otras áreas de mayor necesidad; subordinar el número de profesionales de la salud que  trabajan en el extranjero a las necesidades internas, e invertir parte de los ingresos en divisas que generan sus servicios en la mejora de las instalaciones y equipos  internos y el suministro de medicinas; convertir  hospitales de  aternidad y pediatría que tienen bajas tasas de ocupación en hospitales geriátricos y asilos para ancianos; terminar las becas a estudiantes extranjeros y cobrar el costo básico de los servicios que hoy se regalan  a otros países; cargar el costo de cuartos privados al grupo de altos ingresos de la población cubana; autorizar el trabajo por cuenta propia del personal de salud y permitir la organización de cooperativas médicas.

Pensiones de seguridad social: Habría que realizar un studio que determine cuál es la cotización de  quilibrio del sistema; establecer cotizaciones a todos los trabajadores de empresas no estatales con un mínimo de empleados, incorporándolos al sistema; cargar a los trabajadores por cuenta propia y empleados en el sector  rivado el mismo 5% que paga parte de los asalariados (en lugar de 10% y 15%) para promover su afiliación; ajustar las pensiones al costo de la vida, lo que requiere, primero, aumentar la producción y la productividad y, a su vez, avanzar en las reformas estructurales. Medidas más complejas serían cerrar el actual sistema de pensiones, que el Estado se haga responsable de las pensiones en curso de pago, y crear un nuevo sistema público para los asegurados jóvenes y los nuevos trabajadores, con una reserva que se invierta para generar un retorno del capital y ayudar en el financiamiento a largo plazo y mejorar las pensiones.

Vivienda: Rafael Hernández argumenta que la ley originalmente estipuló que la vivienda es propiedad de los ciudadanos, y es lógico que ellos puedan hacer con ella lo que quieran, venderla y también comprarla; además, hay que facilitar que la gente pueda reparar y construir viviendas por medios propios.39 Habría que proporcionar a la población el acceso a materiales de construcción, y otorgar pequeños créditos estatales rembolsables con interés para la construcción y reparación de viviendas; permitir el uso de la casa propia como colateral para obtener  réstamos destinados a su reparación; posibilitar la inversión de remesas externas en esas actividades; eliminar el actual sistema de permutas y autorizar la compraventa con regulaciones adecuadas.

Asistencia social. Para reducir la pobreza, Lía Añé recomienda eliminar la dualidad monetaria,

disminuir la segmentación del mercado, mejorar los salaries más bajos, y consolidar y evaluar la efectividad de los nuevos programas sociales.40 Pedro Campos propone eliminar la libreta de racionamiento, previa concesión de subsidios directos focalizados en las personas de bajos ingresos, y un reajuste salarial para compensar el incremento de precios que ocurriría.41 Alexis Codina agrega que los cuantiosos recursos fiscales asignados a subsidios de precios por la libreta, recibidos por todos, independientemente de sus ingresos, deberían quedar solo para la población más vulnerable y el resto utilizaría el mercado.

En mi opinión, el sistema de racionamiento no debería aliminarse de golpe, pues o bien sería muy  costoso o dejaría parte de los necesitados sin protección. Lo ideal sería hacerlo gradualmente, de manera paralela a los incrementos en la producción y la productividad  que resulten de reformas estructurales, a la par que se focaliza la asistencia social en toda la población pobre y vulnerable, a fin de crear una amplia red mínima de protección. Ello requeriría mecanismos eficientes para determinar el grado de necesidad de la población y una estimación confiable de la incidencia de pobreza. También habría que permitir a iglesias y ONG que establezcan y expandan asilos gratuitos para ancianos pobres con ayuda externa directa.

La Revolución transformó los servicios socials —salvo la vivienda—,  universalizó su cobertura, eliminó desigualdades entre grupos de ingreso y zonas urbanas y rurales, y otorgó servicios gratuitos de calidad. Las crisis de los años 90 y la actual, unidas a deficiencias de las políticas económicas, han afectado severamente esos servicios y agravado su falta de sustentabilidad a largo plazo. Resulta crucial, por tanto, implementar  las reformas estructurales necesarias y los cambios en dichos servicios para restaurar su calidad y garantizarlos a las generaciones futuras.

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Social Security

Carmelo Mesa-Lago, “El envejecimiento de la población y la Seguridad Social en Cuba: UNA CARGA CRECIENTE”, Espacio Laical, Suplemento Digital, No. 42, Septiembre 2008. No. 42

Carmelo Mesa-Lago, Social and economic problems in Cuba during the crisis and subsequent recovery, CEPAL Review, Nº 86, August 2005

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