Por: Jorge I. Domínguez. | 2018-04-30
¿Cómo les fue a los miembros del Buró Político (BP) del Partido Comunista de Cuba (PCC) en la elección para la Asamblea Nacional del Poder Popular, que fue celebrada el 11 de marzo de 2018? Fue un resultado que les amerita un perfeccionamiento. Todos los miembros del BP ingresan a la Asamblea, ya que la ley garantiza que el número de candidatos sea igual al número de escaños parlamentarios y, por tanto, todos los que aparecen en la boleta electoral son elegidos.
La ley electoral, sin embargo, ofrece una ventanilla para sopesar la popularidad relativa de los candidatos. La ley agrupa los candidatos en distritos y, por tanto, permite cuatro tipos de comportamiento electoral:
a) el voto unido por todos los candidatos,
b) el voto en blanco,
c) el voto nulo, c) o el voto selectivo; este último implica votar por el candidato A, pero no por el candidato B.
La preferencia oficial ha sido por el voto unido; la boleta electoral facilita la votación por el voto unido al ubicar privilegiadamente un círculo para tal votación. Por tanto, los otros tres comportamientos electorales implican una cierta inconformidad con estos procedimientos electorales, ya sea general (voto en blanco, o nulo) o con relación a algún candidato en particular (voto selectivo). Sumemos los tres tipos de votos que constituyen el voto inconforme, que difiere de la preferencia oficial por el voto unido: blanco + nulo + selectivo. En marzo de 2018, el voto inconforme sumó 1 millón 779 mil 178 personas, un 24 por ciento del electorado que acudió a las urnas, la mayor proporción en la historia de estas elecciones.
Examinemos la votación proporcional de los votos reportados para los miembros del BP. Ocho de los 17 miembros del BP quedaron en el primer lugar entre los diversos candidatos de sus respectivos municipios, pero los otros nueve no. Entre los miembros del BP, solamente el presidente Raúl Castro logró la mayor proporción de los votos en su respectiva provincia. Solamente cuatro de los miembros del BP se encuentran entre el 20 por ciento de los candidatos más votados en sus respectivas provincias (Raúl Castro, la Primera Secretaria del PCC en La Habana Lázara Mercedes López Acea, el Presidente de la Asamblea Nacional Esteban Lazo, y el Primer Vicepresidente Miguel Díaz-Canel).
Observemos también ciertos rasgos generales. Hay tres generales en servicio activo en el BP. La proporción relativa de votos que recibieron los ubica en la mitad inferior de los candidatos en sus respectivas provincias. Hay dos líderes sindicales en el BP. Uno es el actual secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte, que resultó el quinto de seis candidatos a elegir en su municipio y septuagésimo-quinto en la provincia de La Habana. El otro es un antecesor, Salvador Valdés Mesa, que quedó en último lugar entre los tres candidatos en su municipio y en el penúltimo lugar de todos los candidatos en la provincia de Mayabeque.
En el último Congreso del PCC, celebrado en 2016, cinco nuevos miembros ingresaron al BP, logrando así su composición actual. Entre estos cinco, solamente la secretaria general de la Federación de Mujeres de Cuba, Teresa Amarelle, fue la más votada en su municipio, pero ninguno de estos cinco logró quedar entre el 20 por ciento de los candidatos más votados en sus respectivas provincias; dos de los cinco quedaron en la mitad inferior de los candidatos en sus respectivas provincias.
El peor resultado entre los miembros del BP fue para Marino Murillo, Vicepresidente encargado de la aplicación de los Lineamientos para la actualización de la política económica. El Canciller Bruno Rodríguez, quien jugó un papel importante en el proceso de cambio de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante 2015 y 2016, fue el siguiente con la menor proporción de votos. Murillo quedó en quinto lugar, entre siete candidatos en su municipio, y Rodríguez quedó en séptimo lugar, entre diez. Es decir, tanto los miembros más nuevos del BP como aquellos asociados a innovaciones importantes recibieron una proporción relativa menor.
Tres candidatos históricos obtuvieron buenos resultados. Quedando en primer lugar en sus respectivos municipios, ellos fueron: Raúl Castro, José Ramón Machado, y Ramiro Valdés; aunque solamente Raúl Castro despuntó en su provincia. También en primer lugar en sus municipios, y muy bien en sus provincias, quedaron López Acea, Lazo, y Díaz-Canel; Amarelle quedó en primer lugar en su municipio, pero escasamente en la mitad superior en su provincia.
Diversos factores inciden sobre estos resultados. Por lo general, el electorado en La Habana es el más exigente, ya que el voto selectivo representa el 25,8 por ciento de los votos válidos, y el voto inconforme el 30,8 de quienes acudieron a las urnas, ambos los mayores porcentajes en el país. En segunda instancia, el electorado en las capitales de provincia también recurre al voto selectivo con mayor frecuencia que en pueblos y zonas rurales.
La combinación del voto inconforme y de los resultados relativos de los diversos candidatos parece implicar resultados que deberían ser muy mejorables para estos importantes candidatos. Sugiere, también, una cierta reticencia a votar desproporcionadamente por nuevas caras o por candidatos asociados a innovaciones políticas importantes, así como por generales o por líderes sindicales. Ocho de los 17 miembros del BP nacieron antes de 1945. De los nueve más jóvenes, quizás la mitad han impactado a sus respectivos electorados. En general, es una elección que indica cierta impaciencia, pero sin determinar claramente cuál debe ser un rumbo a seguir.