Oscar Espinosa Chepe:, “Changes in Cuba: Few, Limited and Late” (Part 1 and 2)

Here is a commentary from Oscar Espinosa Chepe on the recent changes in Cuba.

Óscar Manuel Espinosa Chepe , a Cuban economist, was one of approximately 75 dissidents arrested, tried and convicted in 2003 as part of  a crackdown by the Cuban government. Amnesty International declared him  a prisoner of conscience.

He graduated from the University of Havana with a degree in economics. From 1965 until 1968 he worked in the Economic Advisory Group of Prime Minister Fidel Castro.  From 1970 until 1984, Espinosa was responsible for Cuba’s economic, technical and scientific cooperation with Czechoslovakia, YugoslaviaHungary. In the 1980s, Espinosa grew increasingly disillusioned with the Cuban government’s economic policies. In 1996 he was reportedly fired from his job at  Cuba’s central bank. Since then, he has written many articles, analyses, and commentaries about economic and other matters. (from Wikipedia)

¨Un sistema opresor no puede ser reformado.  Debe ser totalmente abandonado¨, Nelson Mandela

Con la  publicación oficial de los instrumentos legales para la Implementación de la política sobre el ejercicio del trabajo  por cuenta propia y los procesos de reducción de plantillas infladas y, posteriormente, del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social para aprobar en el VI Congreso del Partido Comunista a celebrarse en abril de 2011, el gobierno ha brindado elementos que ratifican que sus ideas para salir de la crisis se basan en medidas parciales e insuficientes, que no solucionaran los graves problemas existentes en Cuba.

Cuando se leen detenidamente esos documentos, se evidencia el propósito de realizar tardíos y pequeños cambios para mantener lo que en realidad constituye la fuente real de los problemas: un sistema absolutamente disfuncional y un régimen totalitario que ha llevado la nación al más completo desastre y a la incierta dependencia de factores externos.  Esos documentos denotan que los cambios que se quieren hacer son para que en esencia todo siga igual y se garantice el poder omnímodo y los privilegios detentados por un grupo de personas durante 51 años, sin importar los crecientes sufrimientos de la población.

Esos documentos soslayan la verdadera génesis de los problemas y exponen medidas que se quedan a mitad del camino, llenas de limitaciones y prohibiciones.  Repiten otras anteriores como la entrega de tierras en usufructo o el pago por resultado a los trabajadores, implementadas sin tener en cuenta una concepción integral de la economía.  Los resultados de la entrega de más de un millón de hectáreas de tierra no han logrado el incremento de la producción agropecuaria, sino todo lo contrario.  Hasta el 30 de septiembre de 2010, la caída ha sido del 5,1%, sin incluir el desastroso comportamiento de la producción cañera.

Todo debido a que el estrecho tutelaje estatal  ha quedado intacto, bloqueando y desalentando las capacidades productivas, mientras Cuba continúa comprando en el exterior el 80,0% de los alimentos de la canasta básica.  Similar ocurre en el ámbito salarial con el pago por resultado, al no eliminarse la excesiva burocratización en el sistema empresarial y sin garantizarse el fluido suministro de abastecimientos a los centros de trabajo, ni existir una correspondiente organización laboral.

Ahora se quiere impulsar la restructuración laboral, que abarcará el despido de 500 000 trabajadores  en su primera etapa a finalizar en abril de 2011; el 10,0% de la fuerza de trabajo empleada.  El proceso continuaría hasta completar 1,3 millón   de persona, el 25,0% del total.  Según la concepción gubernamental tendrán la opción ser ubicados en la construcción y la agricultura, o dedicarse al cuentapropismo que ahora se pretende ampliar.  Indudablemente la reorganización de la fuerza de trabajo en Cuba es indispensable.   Resulta imposible organizar los centros de trabajo con las plantillas infladas que no permiten incrementar la productividad, la eficiencia, la disciplina, y mucho menos el salario  para que motive al trabajador, en un país donde equivale a 21 dólares aproximadamente como promedio mensual, según datos oficiales, y reconocido por el Presidente Raúl Castro ¨como insuficiente para poder vivir¨.

Sin embargo, el proceso de racionalización, demorado por tantos años, se quiere hacer de forma muy rápida ahora, sin la preparación adecuada para que pueda tener éxito ni la organización para que en un plazo tan breve se pueda reubicar una cantidad tan grande de trabajadores.

Reconocidos expertos, con cargos oficiales importantes durante muchos años,  han señalado sus preocupaciones por tan amplio desempleo, cuando no se basa en un estudio técnico de organización del trabajo, y, como el Dr.Sc. Lázaro González Rodríguez, exviceministro del trabajo,  publicó en un blog de Internet  ¨el 90,0% de las normas de trabajo son elementales. Las empresas y demás entidades, en su inmensa mayoría, no han realizado durante los últimos años, estudios de organización del trabajo y, por tanto,  cualquier balance de cargas y capacidades es erróneo…durante los últimos 20 años no se han preparado técnicos en organización del trabajo ni se le ha prestado atención a esta disciplina¨.

En ese escenario se plantea efectuar la racionalización con ¨comisiones de expertos¨, compuestas por 5 o 7 personas, elegidas en asambleas en los centros de trabajo, con el evidente propósito de responsabilizar a los  trabajadores del complicado proceso de racionalizar la fuerza de trabajo, cuando se trata de una tarea que compete totalmente a la administración.

Las condiciones para recibir una cantidad tan grande de desempleados no se han preparado convenientemente. Ni siquiera existe un mercado mayorista para abastecer a los cuentrapropistas, por tanto no tienen dónde comprar los insumos en condiciones razonables  para realizar las   producciones y prestar los servicios. Por consecuencia tendrán que adquirirlos en las caras tiendas de venta en divisas o en el mercado negro que seguramente se ampliará ante la falta de previsión del Estado.  Todo esto está unido a altas tasas de impuestos, en un país donde durante decenios fueron suprimidos todos los mecanismos tributarios, por lo que no hay una cultura al respecto.

El colmo de la falta de preparación del proceso se aprecia  en contradicciones entre las decisiones tomadas para ampliar el cuentapropismo y artículos de la Constitución, que no ha sido reformada.  Indudablemente, el anuncio del 1 de agosto por el General Raúl Castro de que se permitiría contratación de fuerza de trabajo por las personas decididas a ejercer el trabajo independiente es positivo.  Sin embargo, no se ha modificado el Artículo 21, que establece: ¨Se garantiza la propiedad sobre los medios e instrumentos de trabajo personal o familiar, los que no pueden ser utilizados para la obtención de ingresos provenientes de la explotación del trabajo ajeno¨. Artículo 45: ¨El trabajo en la sociedad socialista es un derecho…lo garantiza el sistema económico socialista, que propicia el desarrollo económico y social, sin crisis, y que con ello ha eliminado el desempleo….¨ Asimismo, cuando se despiden 500 000 personas, sin totales garantizas de un trabajo honrado, se choca con  el

(SEGUNDA PARTE)

¨Un sistema opresor no puede ser reformado.  Debe ser totalmente abandonado¨, Nelson Mandela

Como señaláramos en la primera parte, los propósitos del gobierno cubano son realizar modificaciones que le permita remontar la actual crisis, cada día más aguda, pero sin perder el control absoluto mantenido sobre la sociedad durante decenios.  Objetivo  imposible de lograr, debido a la acumulación de los problemas existentes, que no sólo son económicos y sociales, sino que abarcan la política, los valores éticos, la identidad nacional, la demografía, el medio ambiente y otros.

Las autoridades pretenden evitar las ¨concentraciones de riquezas¨, como ha reconocido el periódico Granma, y que los ciudadanos al alcanzar la libertad económica deseen obtener la libertad política en una Cuba democrática.  Eso se aprecia en la implantación de un elevado sistema tributario implantado al nuevo sector emergente, mucho más severo y limitante que el existente para las empresas estatales y las mixtas con capital extranjero.   Ejemplo de ello está en el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo que pagarán los trabajadores por cuenta propia, del 25,0% del salario de los trabajadores contratados, considerándose como remuneración mínima pagada a cada trabajador contratado ¨el monto equivalente a un salario medio mensual, incrementado en un 50,0%¨.  Se considera como salario medio mensual el vigente en cada provincia y el Municipio Especial Isla de la Juventud, en el ejercicio fiscal anterior, reconocido por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

En caso de contratarse más de 10 y hasta 15 trabajadores, se contempla como remuneración mínima pagada a cada trabajador el monto equivalente a dos salarios medios mensuales; y de contratarse más de 15 trabajadores, el monto equivalente a tres veces un salario medio mensual.  Con ello, y otros obstáculos, el Estado muestra su propósito de impedir el crecimiento del trabajo por cuenta propia y el surgimiento de pequeñas y medianas empresas (PYMES).

A esto se une que los gastos que podrán deducirse de los impuestos sobre los ingresos personales como máximo, y solo en el caso de los elaboradores y vendedores de productos alimenticios y transportadores de carga y pasajeros, podrán ser  hasta un 40,0% de los ingresos obtenidos en el año. En otras actividades, los gastos permitidos a deducir tendrán un porcentaje inferior,  llegando en algunos  oficios hasta únicamente el 10,0% de los ingresos anuales.

Otro ejemplo de las intenciones de limitar la iniciativa individual es la forma como se cobrará el impuesto sobre los ingresos personales.  De acuerdo a las ¨Normas¨, se determinarán por la suma de todos los ingresos devengados menos los gastos deducibles permitidos.  Para la determinación de la base imponible, se deducen además de los ingresos declarados los tributos pagados y el porciento por concepto de los gastos necesarios de la actividad de acuerdo a la siguiente escala progresiva:

UM: PESOS

INGRESOS NETOS ANUALES                                                                                        %

Hasta                      5.000.00                                                                                     Exento

El exceso de          5,000.00 hasta 10,000.00                                                            25

El exceso de        10,000.00 hasta 20,000.00          30                       El exceso de        20,000.00 hasta  30,000.00                                                            35

El exceso de        30,000.00 hasta 50,000.00                                                            40

El exceso  de       50,000.00                                                                                          50

Como puede observarse a partir de 50 000 pesos (2500 US dólares), existe una alta carga tributaria que unida a la existente para el pago por la utilización de fuerza de trabajo hará prácticamente imposible la capitalización indispensable para el crecimiento de los nuevos negocios. A esto se une la obligatoriedad de la contribución a la seguridad social, con el pago del 25,0 % de una base de contribución seleccionada por la persona en cuestión, en  una escala que va de de 350 a 2000 pesos.  La creación de una red de protección económica para los cuentapropistas es en principio algo positivo, pero resulta cuestionable el carácter compulsivo de la medida, mucho más cuando comienza a nacer el sector privado en un contexto sin la debida preparación y   con grandes dificultades de todo tipo.

A los frenos tributarios descritos y la carencia de un mínimo mercado mayorista donde los cuentapropistas pudieran comprar legalmente los productos necesarios para realizar sus actividades, se suman barreras administrativas tendientes a limitar el tamaño de los negociones y evitar el supuesto enriquecimiento de las personas. Así las capacidades de los restaurantes no podrán exceder a 20 comensales, ni las barberías a un numero pequeño de sillones, cuando lo que  requiere urgentemente la economía nacional es alentar a los ciudadanos emprendedores, así como   centros de trabajo prósperos y eficientes donde sean creados a la mayor velocidad posible puestos de trabajo para dar empleo a las personas que próximamente serán masivamente despedidas y que, a la medida que se desarrollen, contribuyan a la riqueza del país con el aumento del pago de impuestos que sirvan para el financiamiento de las necesidades sociales.

Continuará…

La Habana, Noviembre 17 de 2O1O

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