By Nora Gámez Torre
elnuevoherald.com, 22 January 2015
Original here: Cuentapropismo, Importaciones, Normalizacóin
La lista que el Departamento de Estado está confeccionando con bienes y servicios ofrecidos por empresarios cubanos privados que podrán ser importados en los Estados Unidos será amplia para estimular la creatividad de los “cuentapropistas” y el interés del gobierno de la isla por ampliar sus exportaciones, dijo una fuente que ha tenido acceso al borrador del documento.
Las nuevas regulaciones que comenzaron a regir el 16 de enero prevén el apoyo a los pequeños negocios, pero el Departamento de Estado debe decidir quiénes estarán comprendidos dentro de este sector privado y cuáles serían los productos a importarse desde la isla.
Una de las mayores limitaciones de la política económica actual respecto al “cuentapropismo”, como se designa el trabajo privado en la isla, es que de las 201 actividades ahora permitidas por el gobierno de Raúl Castro, la mayoría son oficios que requieren poca capacitación e infraestructura tecnológica —“vendedor ambulante de alimentos”, “rellenador de fosforeras” y “barberos” son algunos ejemplos— y el espacio para el empleo de profesionales es mínimo.
Por eso la fuente consultada por el Nuevo Herald cree que el Departamento de Estado no confeccionará la lista a partir de la legislación vigente, sino que intentará “abrir la puerta lo más amplia posible, para que sea el gobierno cubano el que decida si va a eliminar los obstáculos a los empresarios y, si esto no sucede, que ellos sepan que es por culpa del bloqueo interno”.
En la lista, que iría cambiando a partir de las dinámicas en Cuba, estarían incluidos servicios profesionales de traducción, programación o de construcción que no están autorizados actualmente en Cuba, por lo que se trata de “anticiparse un poco al futuro”, agrega.
Consultado al respecto, el profesor de Sociología de Baruch College, Ted Henken, cree que este enfoque es positivo pero “la gran pregunta es si esto tendrá impacto o si el gobierno cubano permitirá este intercambio”.
El profesor de Economía de la Universidad de Carleton en Canadá, Archibald Ritter, comentó a el Nuevo Herald que uno de los principales obstáculos para que Estados Unidos pueda apoyar a la empresa privada es el monopolio que tiene el estado sobre las importaciones y las exportaciones.
En las nuevas regulaciones, también se autoriza la exportación a Cuba de materiales de la construcción, herramientas y maquinaria agrícola a los cuentapropistas, pero según Ritter “esto requiere cambios en el monopolio del estado sobre el comercio exterior”, pues actualmente no existe un mecanismo que permita que los empresarios privados puedan importar o exportar. Tampoco existe un mercado mayorista donde ellos puedan adquirir sus insumos.
En la nota de la Agencia de Información Nacional sobre las nuevas regulaciones, el único reporte que fue publicado en todos los medios nacionales, no se hace referencia a la posibilidad de exportación de productos cubanos hacia Estados Unidos, provenientes del sector privado.
También se hace notar que “se mantienen las restricciones a las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, especialmente de productos de alta tecnología, con excepción de limitadas ventas de materiales de construcción, equipos e implementos agrícolas que se permitirán realizar a particulares, al parecer a través de empresas cubanas”.
Y según la fuente consultada por el Nuevo Herald, el Departamento de Estado estaría considerando utilizar a una empresa estatal cubana como intermediaria, si se ofrecen garantías de que los productos y materias primas llegarán a manos de los cuentapropistas.
Presentación de libro sobre cuentapropismo en Cuba
Ritter y Henken son expertos en el tema y publicaron una investigación sobre el cuentapropismo titulada Cuba empresarial: un contexto de políticas cambiantes, que será presentada el viernes en la libraría Books and Books a las 6:30 pm, un evento auspiciado por el Cuban Research Institute de la Universidad Internacional de la Florida.
En el libro, en el que realizan una comparación entre las políticas de Fidel y Raúl Castro sobre la empresa privada, Ritter y Henken hacen un balance del estado de esa actividad en la isla y advierten de los altos impuestos, y la “discriminación” en términos fiscales que favorece a empresas mixtas con capital extranjero.
Si la liberalización del cuentapropismo tenía como objetivo absorber el millón de trabajadores de la economía estatal que Raúl Castro consideró como “redundantes”, a los que se les llama eufemísticamente como “disponibles”, los autores del libro concluyen que esta meta no ha sido alcanzada. Más bien, argumentan, el cuentapropismo ha venido a legalizar muchas actividades que trascurrían en el mercado informal.
Aunque según estadísticas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social hasta septiembre del 2014, el número de empleados en estas actividades aumentó a 471,085 en todo el país, cifras de la capital hasta marzo de ese mismo año indicaban que solo 63 de los cuentapropistas registrados habían perdido sus empleos (“disponibles”). El 15 por ciento de los cuentrapropistas habaneros eran también trabajadores estatales mientras que el 63 por ciento, cerca de 80,000, no tenían “vínculo laboral previo”, según publicó el portal oficial Cubadebate.
Los autores señalan que aunque en la prensa se ha comenzado a eliminar el estigma en torno a la empresa privada, el cierre de negocios exitosos, sobre todo paladares, apunta a que la acumulación de capital todavía no es bien vista por las autoridades.
Ritter y Henken concluyen que aunque la reforma de Raúl Castro ha sido significativa, “no es suficiente” para promover el desarrollo económico a gran escala y que medidas que permitan un mayor protagonismo de la diáspora así como mayores garantías y beneficios a la pequeña y mediana empresa son indispensables.
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La realidad es que el gobierno tratará de bloquear a los emprendedores cubanos. El comunismo funciona con factores como el odio a la posesión y la envidia. Esto se les inculca a los niños desde la escuela. El tratar de evitar la acumulación de capital en manos del sector privado, será al modo oficialista de ver las cosas como: lo que pueda mantener el sistema ” socialista ” en la isla. Todos pobres y ” contentos ”. No importa que esos capitales hayan sido obtenidos con esfuerzo y trabajo duro. El asunto no fuera tan bochornoso si no afectará la economía nacional. Les ejemplifico: nosotros tenemos varias webs de renta de casas en Cuba, una de ellas la más famosa thecubanhouses.com , todos somos trabajadores por cuenta propia legales. Pues bien, para poder enviar clientes a un alojamiento en un hotel en Cuba, hotel estatal por supuesto, tenemos que valernos de terceras personas, extranjeros que sí tienen el derecho de hacer ese tipo de negocios. Esto por supuesto va en contra del cubano y de la economía nacional. En Cuba se bloquea al nacional en detrimento de este y de la economía y se favorece al extranjero. Me parece que es el único país del mundo con ese tipo de restricción absurda. Todo en virtud del odio y la envidia.
Yo creo que los estados unidos si quieren ayudar verdaderamente a los cubanos y al propio estado deben presionar y tratar de acordar asuntos referidos a estos temas. De nada les servirá hacer negocios a medias con un estado que hará lo mismo que ha hecho en otras ocasiones: tomar lo que necesita, no pagar sus compromisos, comprar un poco de bazofia para darle al pueblo, etc, etc. Son muchas las empresas extranjeras que se han retirado de Cuba porque o bien no se le paga o porque no han visto un mercado para sus productos. ¿Qué mercado va existir si los cubanos tienen un salario promedio de 20 CUC ¿ Quizás le permitan tener un par de hoteles como a españoles y canadienses y punto, las cosas seguirán igual: represión, represión y mucha represión…
Marie
A los castros lo único que le interesa es mantenerse en el poder hasta que mueran y dejar a sus generales acomodados con las empresas del estados que son prácticamente propiedad de ellos (los generales), lo único que van a hacer es mantener la población a un nivel de subsistencia y que estén con la mente ocupada también con los inspectores , la policía revisando los documentos del negocio y las mercancías, siempre en una tension para que no puedan ocuparse de pensar en cómo echar de Cuba a los castros, que no son necesarios ni mucho menos imprescindibles, hay mucha gente con talento en cuba que puede organizar el país y echarlo a andar, y no es tan dificil, solo hay que desmantelar toda la represión política y económica y asesorarse como se han desarrollado otros países similares y aplicar esos conocimientos en Cuba y mejorarlos aun con mas libertad y mas “si se puede”, “si es posible”.