VÍCTOR USÓN; EFE Publicado el viernes, 11.08.13 Madrid
El pianista de jazz Cucho Valdés califica de “inolvidables” los últimos años que pasó junto a su padre. Un recuerdo que contrasta con la “frustración” que sintió cuando la música de Bebo se prohibió en su Cuba natal y que ahora trata de reconfortar con un disco en el que le rinde homenaje. “Border-Free (Sin Fronteras)” es el título de este álbum en el que Valdés “rompe barreras, abre camino y elimina las fronteras” entre géneros musicales tan diversos como el jazz, el flamenco, los ritmos gnawaw de Marruecos, los rituales orishas o la música de Bach, haciendo en él una declaración de principios y una búsqueda en sus orígenes. Con una enorme carga de “sentimiento”, sus temas esconden historias personales y en uno de ellos, titulado “Bebo”, homenajea a su padre, acercando su estilo “de componer y tocar” e incluyendo un solo de saxofón que Bebo pudo escuchar y que calificó de “hermoso”. “Luché mucho para que la música de mi padre no estuviese prohibida. El mes que viene le van a hacer un tributo en el Festival de Jazz de La Habana”, comenta a Efe Valdés, tras asegurar que él no va a asistir al evento. Este cambio en la política cubana que se produce, según comenta el pianista, debido a las transformaciones que está viviendo la isla, permitirá recuperar la figura de un Bebo Valdés que vivió sus últimos años en Benalmádena (Málaga) junto a su hijo. Valdés le lleva realizando un continuo homenaje a su padre desde su muerte, el pasado 22 de marzo y de hecho, mañana le rendirá tributo en el festival de Jazz de Cartagena, como ya hizo en Barcelona el 29 de octubre en un concierto “muy emotivo” que se convirtió en una fiesta de homenaje “casera”. “Todos los que participaron se brindaron a ayudar, hubo un amor increíble. Nunca había tocado en un concierto así, era mucho más que un concierto, era una fiesta. La gente estaba tan emocionada…”, argumenta Valdés. “Border-Free” guarda un carácter “muy familiar”, ya que en él, además de homenajear a su padre, le dedica un tema a su abuela y otro a su madre, “Pilar”, en el que mezcla al Bach que “tanto le gustaba” con “Blue in Green” de Miles David, consiguiendo “una coherencia de carajo”, asegura. Rebusca Valdés en los orígenes étnicos de su Cuba natal, acercando así las raíces musicales de la España colonial que introdujo su cultura en la isla, los ritmos africanos que trajeron los esclavos y el sonido propio de esa América que reclamaba libertad. “Mi padre quiso que conociera los máximos elementos musicales posibles, también estudié desde pequeño en el conservatorio música clásica, mientras miraba los ritos religiosos africanos que se hacían en mi barrio. Todo aquello se convirtió en un solo elemento musical, que ahora reproduzco en el disco”, argumenta Valdés. Acerca esta música junto a la banda The Afro-Cuban Messengers, “el mejor grupo con el que he actuado nunca”, asegura, compuesto por músicos “jóvenes y talentosos” capaces de trasladar al presente la música cubana. El jazz es, según Valdés un género musical “que nunca morirá” porque su público es “especial, inteligente, sabe escuchar y es consciente de lo que busca”. “No está hecho para un público de masas, no se llenarán grandes estadios”, argumenta. Y precisamente ese estilo musical cargado de sentimiento que acerca Valdés en “Border-Free” seguirá estando presente en los trabajos de este músico, “eso lo van a ver durante un buen rato, ya no lo puedo dejar, voy a dar más pasos con esta música”, argumenta Valdés.